jueves, 3 de noviembre de 2011

Pautas para un día de lluvia


1- Levántese lo antes posible, si es menester alrededor de dos horas y media antes de la hora prevista.
2- No desayune, póngase manos a la obra directamente y prepárese para pelearse con una niña de un año que no quiere vestirse. Consejo: los cabezazos contra la pared no funcionan en estos casos, ni siquiera alivian.
3- Después de vestir a la criatura y dejarla con apariencia de Don Pimpón, dispóngase a peinarla. Si no se deja, que será lo que ocurra, limítese a intentar que el pelo no se asemeje en demasía al de la siempre querida Alaska.
4- Una vez vestida y peinada, deposítela en algún lugar amplio y protegido, preferiblemente cuna de viaje o similar, para que se entretenga mientras usted procede a tirarse el café por encima y a vestirse de cualquier manera.
5- Recoja a la pequeña de la cuna de viaje, vuelva a peinarla y a colocarla los zapatos, limpie sus mocos e introdúzcala con sumo cuidado en el saco previamente habilitado en la silla de paseo.
6- Tras la pelea de rigor, cierre el saco, suba la cremallera, coloque la barra de seguridad en posición horizontal e introduzca el chupete en la boca del retoño, a ver si se calla.
7- A continuación, coloque el plástico alrededor del carro para tratar de impermeabilizarlo. No se sulfure, es imposible, así que limítese a dejarlo aparente para que los vecinos no comenten.
8- Ubique la bolsa con todos los objetos de higiene personal de la pequeña en una zona a la que no llegue el agua. En este punto tampoco se sulfure, también es imposible. Disponga el resto de bolsas, mochilas, arrullos y objetos de diversa índole alrededor del vehículo como buenamente pueda.
9- Con todo preparado y ya en la calle, dé media vuelta y regrese a casa a por el paraguas, que se le ha olvidado.
10- Una vez en la calle paraguas en mano, ponga en liza toda su destreza para ser capaz de conducir el carro con una mano, esquivando deposiciones caninas dispuestas por todo el trayecto, a la vez que con la otra intenta que el citado paraguas cumpla su función. Si no lo consigue, los cabezazos contra la pared siguen sin funcionar en este caso.
11- Después de media hora de camino con el brazo contracturado a consecuencia del esfuerzo y con el pantalón calado hasta la altura, más o menos, de la rodilla, dispóngase a llegar a su destino.
12- Antes de ello, maldiga en voz alta unas cuantas veces a los lumbreritas de los ingenieros que no han diseñado hasta la fecha un dispositivo adecuado para acoplar el paraguas al carro.
13- Despídase de la pequeña y olvídese de los 12 puntos anteriores con solo mirarle a la carita.

4 comentarios:

  1. Que conste que, entrada tras entrada, voy cogiendo apuntes.

    Para el consultorio: Estoy empezando con el problema de los dientes (yo no, por favor. Valerio), Alguna recomendación en especial (advierto, yo también tengo suegra y farmacéltico (es de Vigo))

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  2. Contra un farmacéutico de Vigo poco se puede hacer. Mi consejo, paciencia, pomadita prescrita por el galeno y, esta vez sí, cabezazos contra la pared. No solucionan nada, pero ayudan a dormir :P

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  3. jaja, yo me tuve que comprar un chubasquero tras destrozar contra el suelo un par de paraguas. Ahora mis preocupaciones son pensar cómo acondiciono el carro con el cuco de un recién nacido, Alejandra de pie en los ruedines (me va a mandar a la mierda, sólo tiene 2 años y se va a querer sentar...) y yo, la cual importo poco.

    Pronto pasaré al Nivel 2 de dificultad. Quien me mandará.

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  4. Yo que tú, Sonia, me creaba un blog :P Peripeciasdeunamadrecondoscriaturas

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