Desde que tuvimos noticia del embarazo y la próxima llegada
a nuestras vidas de Adriana, me prometí que yo nunca caería en esto. Veía a
otros padres perder el control de sus actos en determinadas situaciones y
terminar haciéndolo, pero yo me juré y me perjuré que nunca me pasaría, que jamás
le haría a mi pequeña pasar por esto.
Es difícil controlar algunas situaciones de nuestras vidas
que nos sobrevienen de repente y apenas podemos asumir y asimilar. Conceptos y
comportamientos que pensamos que nunca tendremos y que jamás focalizaremos
hacia nuestros pequeños, nos sorprenden de repente y terminamos pagándolo con
ellos, sometiéndoles a situaciones como ésta que son dramáticas en definitiva.
No es justo, no es lícito y, por supuesto, no es bueno para
ellos. Yo bramaba a los cuatro vientos cuando veía a otros padres hacerlo. Les
criticaba, les odiaba por ello. Ahora, me he convertido en uno de ellos. Sí, yo
también he caído. A mi también me ha pasado. A Adriana le gusta Bob Esponja.
Jajaja muy bueno, a mi hija también le gustaba Bob esponja y ahora que tiene 17 años de vez en cuando lo pasan casualmente por la tele aun se le queda viendo.
ResponderEliminarTe felicito por tu blog.
Un saludo!!
Oliver
Muchas gracias Oliver, un fuerte abrazo
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