Mi hija es la más lista. No, no es un tópico, es la verdad.
Nada de eso de que para los padres sus hijos siempre son los mejores, en mi
caso es cierto e irrefutable. A ver si no cómo explicáis que con sólo dos
añitos sea capaz de cantar el himno del Atleti con esa entonación casi
perfecta. Los pelos como escarpias.
Al margen de esto, su capacidad artística es ilimitada. Lo
mismo se pinta el ojo de verde con un rotulador como te llena una mesa de
pegatinas o te planta las suelas de los zapatos en la pared blanca al más puro
estilo “street art”.
Pero sin duda, lo más sorprendente y llamativo es su
potencial como futura cantaora. Un vibrato al alcance de pocos, una capacidad
para pasar del grave al agudo sin parangón, una interpretación sublime y una lírica
capaz de emocionar al más pintado. Y si no me creéis, mirad, mirad…..
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