Este capítulo en particular afecta tanto a padres como a madres. A ambos en general. A la economía familiar en particular. A la quiebra absoluta más en particular aún.
Trillado tenemos el famoso dicho, que no sé a quien cojones se le ocurriría, que asegura que 'los niños vienen con un pan debajo del brazo'. Quizá sea porque a mi el pan no me gusta, el caso es que investigando sobre las raíces semánticas y el significado metafórico de esta frase, parece ser que su autor se refería a que la llegada de un bebé conlleva a su vez la llegada a la familia de todo tipo de suertes, presentes, viandas y bonanzas económicas.
Creo que esto ya lo mencioné en algún otro post, pero por si acaso me reitero: los cojones. Dejando de lado la ausencia de ayudas estatales y/o regionales, paso a desgranar someramente lo que supone, a efectos económicos, la llegada de una criaturita a nuestras, hasta ese momento, tranquilas y copiosas vidas.
(Nota del autor: La descripción se circunscribe a nuestro caso particular, huelga decir que hay tantas situaciones distintas como madres encintas)
- Habitación: el anuncio del estado de buena esperanza es un momento precioso. Poco después, llega el momento de diseñar/idear/preparar la que será la habitación del retoño. Y aquí la cosa empieza a torcerse. Si tuvisteis suerte y pillasteis los 2500 euros, empezad a despediros de ellos. Cuna, cómoda, armario, elementos decorativos, lámparas, cenefas, vinilos… la cantidad de posibilidades es inversamente proporcional al capital disponible. Aquí un enlace. Y aquí otro.
- Moisés: resulta que, a pesar de comprar la cuna y dejarte un sueldo íntegro (en el caso de tener trabajo), el bebé dormirá durante los primeros 6 meses aproximadamente en una minicuna o moisés en la habitación de los papás. Aquí os dejo algunos ejemplos. Además, si tenéis previsto algún desplazamiento en los próximos meses, deberéis hacer acopio de cuna de viaje, aunque esto es probable que os lo regale algún familiar bien avenido.
- Carrito: uno de los momentos más deseados por los mileuristas. Una ocasión pintiparada para ver con qué facilidad se esfuma el sacrificio de todo un mes de curro. Este apartado es particularmente curioso, porque de hecho nada mas empezar a ver carritos te das cuenta de que los hay por unos 300 euros, la mar de monos. Pero ¡ay amigo!, aquí es donde entra en juego el/la vendedor/a para soltarte frases del tipo: "Sí, está muy bien, pero este de aquí es mucho más seguro y cómodo para el bebé". Bien, ¿qué haces? ¿Condenas a tu pequeño a una desviación de columna por ahorrarte, qué sé yo, unos 700 euros? "No hombre no, si es por seguridad y comodidad de mi crío, déme ese de allí"; "¿Cuánto? ¿970 euros? Nada es caro por la comodidad y seguridad de mi hijo. Zasca. Aquí unos ejemplos.
(To be continued…)
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